Friday, February 16, 2007

ERROR EN MEDICINA

El error médico es una cuestión a debatirse en forma permanente aun cuando muchas veces nos cueste abordarlo y no nos guste reconocerlo. La cuestión es que existe y todos estamos expuestos al mismo. Y a medida que pase el tiempo nos cuesta más su reparación. Hay países donde es de alto riesgo el ejercicio de la profesión, pendiendo sobre los médicos una verdadera de Damocles. Nuestro país forma abogados en casi todas las ciudades. En Ciudad del Este hay al menos cinco facultades de derecho, lo cual, naturalmente, volverá corrientes a corto plazo los juicios por mala praxis. En el artículo que sigue se exponen aspectos referentes al tema.
Dr. Luciano Pereira
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Reflexiones sobre el error en medicina
Acad. Alberto Agrest
Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires

Los médicos pensamos en el error cuyo reconocimiento es fuente de
mejoría. Desde la primera infancia cometemos errores de los cuales somos
advertidos por quienes nos crían y nos cuidan y nos enseñan las actitudes y
respuestas correctas con la palabra o con el ejemplo. Al corregir los
errores lo llamamos aprender. Aprender a corregir una planificación que se
ha demostrado equivocada y aprender corrigiendo las imperfecciones de una
destreza. El aprender es un hecho natural que de hecho ocurre en todo el
reino animal y aún en el vegetal, en este último en su código genético que
ha permitido su selección natural. En el reino animal, los padres enseñan a
sus crías recursos efectivos de supervivencia mediante el ejemplo o la
emisión de señales más indirectas como sonidos, ultrasonidos u olores o con
mensajes de aprobación o desaprobación, de afecto o desafecto. Los humanos
aprendemos con las palabras y los ejemplos, con la aprobación y la
desaprobación, con los premios y con los castigos.

Aprender se convierte en una necesidad intelectual y afectiva, saber
más como necesidad intrínseca y como necesidad competitiva, necesidad
intrínseca de autoestima y estima de sus congéneres. La aspiración natural
es pues minimizar los errores.

Los errores se minimizan con conocimientos, voluntad y
responsabilidad, con recursos y con organización; los primeros dependen de
cualidades personales, los dos últimos de cualidades del sistema. De los
primeros somos responsables los médicos, de los dos últimos los
organizadores, estatales, de obras sociales o privados, de funcionarios, de
productores y de gerentes. Todos aunados en un proyecto de mayor calidad de
atención y seguridad del paciente. La mayor calidad engloba una mayor
seguridad, una mayor seguridad no engloba una mayor calidad. La calidad
tiene en cuenta la aplicación respetuosa y afectiva del conocimiento, la
aplicación del conocimiento al menor costo en perjuicios de tiempos y
económicos. La seguridad del paciente sólo se ocupa de su eventual daño.

El regreso a los elementos básicos del aprendizaje y del respeto que
se debe a sus semejantes está en el núcleo de la actividad médica.
Elemento básico del aprendizaje es el reconocimiento de los errores,
de ello dependen los conocimientos y el éxito de su aplicación. El éxito es
evitar, corregir, compensar los daños de la enfermedad y el eventual daño
del accionar médico.

Planificar una lucha contra el error exige primero reconocerlo,
arbitrar los medios para evitarlo y compensar los eventuales daños.

Reconocer el error es una tarea cultural de todo el personal afectado
al cuidado de la salud de sus semejantes. El personal afectado al cuidado de
la salud son los médicos, todo el personal auxiliar, gerenciadores y
empresarios. Esforzarse en el perfeccionamiento, superar el narcisismo,
superar el temor al desprestigio y superar el temor al castigo son los
objetivos primordiales.

El Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia
Nacional de Medicina de Buenos Aires se ha embarcado en la tarea de diseñar
este proyecto y de buscar el apoyo de médicos y auxiliares e instituciones
comprometidos en el cuidado de la salud de la población.

Toda esta tarea, no fácil por cierto, sin embargo cuenta con un
estímulo característico de esta época, el estímulo económico, en el presente
es muy caro equivocarse. Caro por las demandas judiciales, caro por el uso
inapropiado e innecesarios de tecnología costosa, caro por costo económico,
físico y psicológico y hasta caro para los médicos que ven desviar los
recursos económicos de su retribución para cubrir los costos del error. Como
decía Bill Clinton, presidente de los Estados Unidos: "estúpido, es la
economía", mal que nos pese el impulso ético del respeto por los pacientes y
de la generosidad docente son fundamentales pero se agotará si no lo
acompañan resultados económicos favorables.

PREVENCION DE ENFERMEDADES Y MEDICINA PREVENTIVA

Queridos amigos: El artículo que sigue me parece muy interesante de ser compartido con Udes. Muchas veces hablamos de prevención y no indagamos a profundidad sobre los alcances etimológicos de la palabra siquiera. Aquí se expone con claridad aspectos relacionados al tema. Espero que les guste.
Dr. Luciano Pereira
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"PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES Y MEDICINA PREVENTIVA" - Acad. ALBERTO AGREST

Prevenir significa anticipar y evitar la llegada de algo que ocurriría si no lo evitaramos.

El problema de anticipar es ¿ cuándo antes ?, ¿ antes que aparezca ?, ¿ antes que se manifieste clinicamente, antes que se haga insoportable ?, seguramente antes que sea tarde. Tarde es cuando ya no se puede lograr el objetivo.

Los problemas de evitar son ¿ con qué recursos ? y además ¿ cuáles son los riesgos y el costo económico que implican los recursos preventivos comparados con los riesgos y el costo económico de lo que se quiere evitar ?.

El problema de la llegada es conocer la magnitud de la probabilidad de que esto ocurra.

Prevenir debe por lo tanto tener en claro los objetivos, los recursos y los tiempos.

Prevenir no debe ser peor que dejar venir.

¿ Cuál es el objetivo de la prevención ? Se supone que la prevención busca vivir más y con menos sufrimientos. Vivir más presume también que diversas amenazas se ciernen sobre nuestras probabilidades de sobrevida.

Para la medicina el hombre es un objeto de cacería, los cazadores están representados por las causas de enfermedades y muerte.

La medicina pretende cancelar las licencias para dicha cacería. Debemos evitar que nos maten o invaliden las infecciones, el cáncer, la enfermedad coronaria, la enfermedad vascular cerebral, la demencia, etc..

La mayor dificultad estriba en que la muerte es un fenómeno normal y la inmortalidad es inconcebible, retardar envejecimiento y muerte pueden pretender un cambio biológico social en el que paradójicamente el éxito podría ser letal, con lo cual el éxito dejaría de ser un triunfo para ser simplemente una salida, el famoso exitus letalis.

Un cambio en la pirámide poblacional con una proporción mayor de población senil o incapacitada puede trastocar toda la estructura social. Los accidentes y las guerras acentuarían aún más este desequilibrio si predominaran las víctimas jóvenes, lo que de hecho ocurre.

La prevención de muertes anticipadas o de invalideces se hacen evitando guerras, miseria, accidentes, homicidios, genocidios, terrorismo y enfermedades. Los médicos nos ocupamos apenas de evitar estas últimas aunque nos toque aliviar las invalideces producidas por las demás.

La prevención debe ser útil y es bueno que se aclare qué es ser útil. Util es vivir mejor y si es posible más, estos son los objetivos. Si un recurso preventivo no consigue este resultado y si hace vivir peor o menos o si hace desviar recursos a usos inútiles no ha cumplido su objetivo y es por lo tanto inútil y perjudicial.

La medicina preventiva que se ocupa de evitar que una enfermedad aparezca se conoce como profilaxis primaria. Si se ocupa de evitar que una enfermedad alcance a manifestarse clinicamente, esto último mediante el diagnóstico o la detección precoz, se habla de profilaxis secundaria. Cuando la medicina preventiva se ocupa de evitar complicaciones de enfermedades ya establecidas se habla de profilaxis terciaria.

La medicina preventiva basada en la profilaxis primaria es una concepción de la higiene, la medicina preventiva basada en el diagnóstico precoz o detección precoz de enfermedad o riesgo es una concepción " casandrista " de la medicina, la medicina con capacidad de profecía o menos mitológicamente capacidad predictiva.

Casandra tenía la suerte de que sus predicciones se cumplían 100 %, la investigación clínica que suministra la información para los cálculos estadísticos y la predicción admite que las decisiones deberán tomarse sin certezas del 100 %.

La prevención de enfermedades puede hacerse con recursos médicos o no pero se hace en base a conocimientos médicos.

Hervir la leche no es un recurso médico pero se hace en base a un conocimiento de tipo médico, la contaminación bacteriana se puede corregir mediante ese arbitrio.

El conocimiento médico es el que ha surgido de la investigación clínica, desde la más rudimentaria que es la observación aunque no hubiera sido hecha por médicos.

Se previenen enfermedades con recursos no médicos sanitarios, premédicos higiénicos o médicos dietéticos, quirúrgicos , inmunológicos o farmacológicos.

Son recursos sanitarios hacer potable el agua evitando contaminantes infecciosos o químicos; de eso se ocupan los ecologistas. Decontaminando el agua con filtros y clorinación y de eso se ocupan higienistas o sanitaristas.

Son recursos sanitarios secar pantanos y evitar agua estancada en áreas palúdicas o de dengue, son recursos higiénicos el mosquitero, que es todavía más efectivo y barato que una vacuna para prevenir la malaria, y los repelentes de mosquitos para el dengue.

La medicina preventiva puede referirse a la prevención primaria, esto es antes de exponerse al agente patógeno sea este infeccioso, como se intenta con las vacunas, con las dietas hipohidrocarbonadas para prevenir la obesidad, o la resistencia a la insulina, dietas hiposódicas para prevenir la hipertensión y limitadas en alcohol para prevenir la cirrosis.

Es prevención primaria la actividad física para reducir riesgos coronarios, de fracturas al reducir las caídas por mayor agilidad y de estrés, también lo es el calzado apropiado para la actividad física para reducir el trauma articular o protectores para distintos deportes. También es prevención primaria el lavado de manos para reducir la transmisión de agentes infecciosos, el preservativo para el sexo "seguro", etc..

Se trata de una cultura de la salud a veces reñida con una cultura del placer como ocurre con las comidas , las bebidas, el fumar y el sexo.

La prevención trata también de impedir las complicaciones de los riesgos o de enfermedades, sintomáticas o asintomáticas. Es prevención secundaria dejar de fumar para la enfermedad vascular coronaria o periférica, es prevención primaria no haber fumado para el cáncer de pulmón, es prevención secundaria el tratamiento antihipertensivo antes de la aparición de las complicaciones cerebrales, cardíacas o renales, es prevención terciaria el tratamiento antihipertensivo para prevenir recurrencias de accidentes vasculares cerebrales, para prevenir edema agudo de pulmón o retardar el desarrollo de insuficiencia renal. Es prevención secundaria o terciaria el descender las cifras del colesterol de baja densidad o aumentar el de alta densidad según se aplique a pacientes sin enfermedad coronaria conocida o con enfermedad coronaria conocida por angina de pecho o infarto de miocardio.

¿ Cuáles son los límites de la prevención ? Son límites su interferencia con el placer, su probabilidad de efectos secundarios, su costo económico y su distancia temporal o una suerte de índice temporal entre el tiempo previsible de lo que se quiere prevenir y el tiempo previsible de sobrevida, esto define su utilidad para la sobrevida.

La prevención primaria puede comenzar en la concepción, en la fecundación, en la implantación, en el embarazo, en el nacimiento, en la infancia, en la adolescencia, en la adultez o en la vejez.

La concepción puede ser infectante en el SIDA, la sífilis y la hepatitis B. Pueden descartarse y no implantarse embriones portadores de enfermedades genéticas graves sin tratamiento efectivo, enfermedades congénitas como la idiocia amaurótica y hasta puede seleccionarse genéticamente la implantación de un embrión que tras su nacimiento pueda servir de dador compatible para corregir enfermedades de sus hermanos. Pueden abortarse fetos con malformaciones. Hasta la muerte puede ser preventiva de enfermedad .

Existen vacunaciones para la infancia, la adolescencia, la adultez y la vejez. Como se ve prever puede hacer ver muy lejos.

La dificultad de mantener la adherencia a los tratamientos dietéticos en obesos y diabéticos son claros ejemplos de enfrentamiento entre el principio del placer y el de conservación de la salud. El aborto puede enfrentar principios morales y de salud.

Los riesgos y las complicaciones tienen una relación probabilística y también es probabilística la relación entre los recursos preventivos y las complicaciones que se pretende prevenir.

Para las enfermedades de riesgo individual la relación costo/beneficio de la prevención debe ser valorada por cada individuo, para las enfermedades de riesgo social la sociedad debe tener instrumentos que le permitan tener ingerencia en esa decisión.

La prevención puede verse desde distintas perspectivas, la del paciente, la de su familia, la de su circulo social, la del médico general, la del especialista, la del asegurador, la del sanitarista, y cada una de estas perspectivas tiene un componente racional y uno emocional que justifican la decisión o el consejo.

La perspectiva del paciente tiene aspectos que apelan a su inteligencia racional, aspectos que apelan a su inteligencia emocional y aspectos que se resuelven en el campo de los valores. La razón maneja las magnitudes de las probabilidades de sobrevida, la inteligencia emocional decide sobre cómo se afecta la calidad de vida, los valores deciden la relación entre riesgos actuales y riesgos futuros. Por lo que parece son áreas diferentes del cerebro las que participan de esas decisiones.

La perspectiva familiar tiene como objetivo una mayor sobrevida.

La perspectiva social es la de la moda influenciada por el marketing en una sociedad de consumo.

La perspectiva del médico general puede ser aumentar la sobrevida si es posible sin deteriorar la calidad.

La perspectiva del especialista es librar al paciente de anormalidades sin fijarse mucho si eso consigue vivir más y mejor.

La perspectiva del asegurador es la ecuación costo/beneficio en su aspecto económico.

La perspectiva de un sanitarista tiene en cuenta la prevención en el contexto de recursos limitados con el objetivo de no subvertir la equidad en el acceso a la salud.

Tomar decisiones teniendo en cuenta todas estas perspectivas puede ser demandante y frustrante.

Es fácil confundir objetivos finales como vivir más y mejor con objetivos parciales como mejorar indicadores de riesgos o diagnosticar tempranamente riesgos o enfermedades. No siempre corregir indicadores de riesgo o tratar tempranamente enfermedades cumplen los objetivos fundamentales.

Es necesario comprender que la investigación clínica permite resolver más facilmente la verdad sobre los objetivos parciales que sobre los objetivos finales. La gran diferencia es el tiempo y el número de individuos que deben estudiarse para llegar a una conclusión en uno y otro caso. Las inversiones que demandan estos estudios son muy grandes es fácil tentarse en hacer pasar objetivos parciales como si fueran finales para recuperar la inversión antes que se demuestre que no cumplen el objetivo final.

Por otra parte el criterio de: en la duda abstenerse puede ser arrollado por el criterio de no perder una eventual oportunidad. Hay que reconocer que en la civilización occidental esto último tiene mucho mejor marketing que alcanza a hacer persistir este criterio aun cuando ya se haya demostrado que esa eventual oportunidad no existe.

Conviene advertir que negar eventuales oportunidades es destruir ilusiones y requiere inversión, lo primero es desagradable y lo segundo difícil ya que no existe renta para esa inversión. La renta de esta inversión sería evitar el desvío de recursos económicos hacia areas improductivas de salud y reducir el costo de la salud haciendola más accesible a toda la población. Para esto no hay lobby ni hay sobornos, no hay publicidad atractiva ni se puede imponer como moda, apenas si es razonable y solidario.

En medicina preventiva la visión debe ser normal, ni miope que impida ver claramente el futuro lejano, ni hipermétrope que impida ver con claridad el futuro más inmediato y además debemos recordar que no tenemos la precisión de Casandra

En la leyenda griega era hija de Príamo y Hécuba, dotada del don de la profecía fue acosada por Apolo, quien al ser rechazado hizo que nadie creyera sus predicciones aunque eran invariablemente correctas.