Saturday, March 17, 2007

ENFERMEDADES INVENTADAS

"Poderoso señor es Don Dinero", dice un adagio español antiguo. Por supuesto, en términos de la industria farmacéutica, esto se aplica con frecuencia. Para la gripe aviar, la Comunidad Europea gastó millones y millones de euros en la compra de oceltamivir, el antiviral recomendado. Pero la enfermedad no ha afectado -proporcionalmente- a tantas personas como la prensa -azuzada por la industria- quiso hacer creer. Una situación similar se dio en los EE.UU. con el ántrax, que motivó la compra de millones de unidades de ciprofloxacina del laboratorio productor original y prendió la mecha de disputas sobre cuestiones éticas referentes a la producción de genéricos ante situaciones de emergencia nacional o grandes catástrofes. El siguiente artículo hace referencia a estas enfermedades inventadas sobre las cuales debemos estar alertas para no caer en la trampa.
Dr. Luciano Pereira
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Reflexiones sobre las no enfermedades o disease mongering


Fernando López Verde
Médico de familia. Centro de Salud Delicias. Málaga


Fecha de publicación: 16/03/2007



Desde hace unos años se ha empezado a utilizar el término de no
enfermedades, enfermedades inventadas o disease mongering. El término inglés
hace referencia, claramente, al carácter comercial que implica la definición
(monger: tratante, traficante, vendedor), por lo que podríamos traducirlo
como promoción de enfermedades. Se definiría como los esfuerzos de las
empresas farmacéuticas (u otras con similares intereses económicos) en
aumentar el mercado para un tratamiento, convenciendo a las personas de que
están enfermas y necesitan intervención farmacológica (1,2). Generalmente
hacen referencia a enfermedades poco definidas, con síntomas inespecíficos y
un amplio espectro de gravedad.
Las estrategias pasan por dos caminos: estrechar el límite de «lo sano» de
forma que situaciones normales puedan ser consideradas patológicas y ampliar
la definición de enfermedad para incluir formas presintomáticas, leves o
iniciales, hasta llegar a considerar un factor de riesgo como una enfermedad
en sí misma. Generalmente la difusión se asocia con la industria
farmacéutica, relacionándola con campañas de sensibilización sobre una
enfermedad, financiación de eventos y asociaciones relacionadas con una
enfermedad. Pero también a través de los medios de comunicación se pueden
vender enfermedades.

Podemos definir como elementos clave para crear una disease mongering:

1. Exagerar la prevalencia de la enfermedad:

a. Crear una definición amplia de enfermedad basada en síntomas vagos y
prevalentes.


b. Difundir una gran prevalencia estimada.

c. Difuminar la diferencia entre enfermedad leve y grave.

2. Animar a nuevos diagnósticos:

a. Hacer ver que los médicos no sospechan la enfermedad y la
infradiagnostican.


b. Concienciar a los pacientes de que sus molestias son signo de enfermedad.


c. Promover conciencia de la enfermedad a través de screening, asociaciones
de enfermos, semanas de concienciación, etc.


d. Sugerir que todos los grados de enfermedad deben ser tratados.


e. Exagerar los beneficios de los fármacos y no hacer mención de sus efectos
secundarios.


f. No admitir alternativas al tratamiento.

g. Asumir que el tratamiento es efectivo y seguro a largo plazo.

Hace unas semanas se distribuyó una información comercial sobre la
disponibilidad en el mes de febrero de una nueva presentación de ropinirol,
con dosificación menor que la utilizada para el tratamiento de la enfermedad
de Parkinson, para el tratamiento del síndrome de piernas inquietas (SPI).
Al revisar el tema vemos que este síndrome se caracteriza por la presencia
de sensaciones desagradables en las piernas, desde hormigueos hasta
sensación de quemazón o dolor, que generan una necesidad imperiosa de mover
las piernas y que dado que los síntomas se producen principalmente por la
noche son causa de trastornos del sueño y deterioro de la calidad de vida.
Generalmente es idiopático, pero puede asociarse con ferropenia, embarazo,
enfermedad renal, neuropatía periférica, diabetes mellitus e hipotiroidismo.
También puede relacionarse con fármacos como antidepresivos, antipsicóticos
y metoclopramida. La prevalencia se estima entre un 5% y un 15%, pero sólo
un 20% a 25% requieren tratamiento farmacológico.

Los criterios para realizar el diagnóstico de SPI propuestos por Walters et
al (3) son los siguientes: a) necesidad imperiosa de mover las piernas,
generalmente asociado a parestesias; b) inquietud motora; c) síntomas
agravados con el reposo y alivio parcial y temporal con el movimiento, y d)
los síntomas empeoran al atardecer y durante la noche. El abordaje incluye
medidas encaminadas al autocuidado para prevenir los episodios, incluyendo
consejos para mejorar la calidad del sueño (evitar cafeína al final de la
tarde), mantener las piernas frescas, evitar la sedestación o bipedestación
prolongadas, los ejercicios de estiramiento, los baños y el masaje. En
aquellos casos con síntomas importantes y diarios se utilizan diversos
medicamentos que incluyen benzodiazepinas y agonistas dopaminérgicos.

En relación a la eficacia del ropinirol encontramos varios ensayos clínicos
(4-9) con placebo que muestran una mejora en los síntomas y en la calidad de
vida de aquellos pacientes que presentan una sintomatología grave
(puntuación en la escala de síntomas de IRLS > 24 sobre 40). Diversas
revisiones (Northern and Yorkshire Drug and Therapeutics Centre. 2006,
Bandolier, Midlands Therapeutics Review and Advisory Committee. 2007, UKMi -
Post launch reviews. 2006), que analizan los anteriores ensayos concluyen
que ropinirol es mejor que placebo en el alivio de síntomas medidos por la
escala IRLS, con una diferencia en la puntuación de la escala de alrededor
de 3 puntos (la escala va de 0 a 40) lo que implica significación clínica,
pero no establece significación estadística. También se destaca el
importante efecto placebo dado que en los grupos de no tratamiento se
produce una disminución de aproximadamente 8 puntos. Por otro lado, destacar
que los estudios son a 12 meses, por lo que es difícil valorar la eficacia y
seguridad a largo plazo. Además serían necesarios estudios frente a otros
tratamientos alternativos (clonazepam, pramipexol, etc.).Los efectos
adversos más frecuentes son náuseas, somnolencia, mareos y vómitos.

En esta situación podemos pensar que podemos estar ante un caso de disease
mongering, ya que se cumplen prácticamente todos los criterios: síntomas
vagos, amplio espectro de gravedad, prevalencia estimada al alza, noticias
de prensa (La Verdad; El periódico de la Farmacia), etc.
Otros casos frecuentemente valorados como disease mongering incluyen la
menopausia, la andropausia, la disfunción eréctil, la epidemia del
colesterol, la alopecia, etc.
Sería bueno no bajar la guardia.


BIBLIOGRAFÍA

1.Moynihan R, Heath I, Henry D, Gotzsche PC. Selling sickness: the
pharmaceutical industry and disease mongering * Commentary: Medicalisation
of risk factors. BMJ.2002 Apr 13;324(7342):886-91.

2.Woloshin S, Schwartz LM. Giving legs to restless legs: a case study of how
the media helps make people sick. PLoS Med.2006 Apr;3(4):e170.

3.Walters AS. Toward a better definition of the restless legs syndrome. The
International Restless Legs Syndrome Study Group. Mov Disord.1995
Sep;10(5):634-42.

4.Adler CH, Hauser RA, Sethi K, Caviness JN, Marlor L, Anderson WM, et al.
Ropinirole for restless legs syndrome: a placebo-controlled crossover trial.
Neurology.2004 Apr 27;62(8):1405-7.

5.Allen R, Becker PM, Bogan R, Schmidt M, Kushida CA, Fry JM, et al.
Ropinirole decreases periodic leg movements and improves sleep parameters in
patients with restless legs syndrome. Sleep.2004 Aug 1;27(5):907-14.

6.Bliwise DL, Freeman A, Ingram CD, Rye DB, Chakravorty S, Watts RL.
Randomized, double-blind, placebo-controlled, short-term trial of ropinirole
in restless legs syndrome. Sleep Med.2005 Mar;6(2):141-7.

7.Bogan RK, Fry JM, Schmidt MH, Carson SW, Ritchie SY. Ropinirole in the
treatment of patients with restless legs syndrome: a US-based randomized,
double-blind, placebo-controlled clinical trial. Mayo Clin Proc.2006
Jan;81(1):17-27.

8.Trenkwalder C, Garcia-Borreguero D, Montagna P, Lainey E, de Weerd AW,
Tidswell P, et al. Ropinirole in the treatment of restless legs syndrome:
results from the TREAT RLS 1 study, a 12 week, randomised, placebo
controlled study in 10 European countries. J Neurol Neurosurg
Psychiatry.2004 Jan;75(1):92-7.

9.Walters AS, Ondo WG, Dreykluft T, Grunstein R, Lee D, Sethi K. Ropinirole
is effective in the treatment of restless legs syndrome. TREAT RLS 2: a
12-week, double-blind, randomized, parallel-group, placebo-controlled study.
Mov Disord. 2004 Dec;19(12):1414-23.

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